Además de los beneficios que la ciencia otorga al vino cuando se consume con moderación, un reciente estudio le atribuye un nuevo efecto positivo por propiciar los reencuentros y la socialización
Fuente: Fundación para la Investigación del Vino y Nutrición (FIVIN)
Disfrutar de los aromas y sabores de una copa de vino en estos largos días de verano se convierte en un momento placentero y de relax, pero, también aporta beneficios para la salud. ¿Cómo no disfrutar de una copa de vino joven y afrutado a la hora del aperitivo? O ¿de un vino con un poco más de cuerpo ante una buena tabla de quesos o pescados azules durante cualquier noche de verano? Incluso combinar vino y fruta en los postres ¿por qué no? Y es que el estilo de vida mediterráneo despierta la necesidad de compartir y dejarse seducir por su amplia gastronomía y descubrir el placer de una copa de vino, que además marida con salud.
Sí, así lo demuestra un estudio científico conjunto sobre los efectos en la salud del consumo de diferentes tipos de bebidas realizado por Anglia Ruskin University de Reino Unido, el Medical University de Vienna (Austria), la North-West University (Sudáfrica) y el George Institute for Global Health de Sydney (Australia) [1]. Este estudio apunta que sólo el grupo que consumió en su mayoría vinos blancos, tintos y espumosos frente a otras bebidas redujo el riesgo de cardiopatía isquémica, sin incrementar el riesgo de mortalidad, de enfermedad cardiovascular, cerebrovascular y de cáncer. De esta conclusión se infiere, que dichos efectos beneficiosos del vino podrían atribuirse mayoritariamente a los polifenoles [2]-[3], entre los que se encuentra, el resveratrol. Esta partícula tiene otro aspecto saludable a tener en cuenta este verano. Y es que el resveratrol tiene una acción específica sobre la piel, que estimula la producción de colágeno. Esta peculiaridad es un aliado para los efectos de envejecimiento que los rayos UVA del sol aportan a nuestra piel [4].
El vino propiciador de reencuentros
Otro reciente estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Florida Central en Orlando (UCF)[5] y publicado en la revista The Gerontologist Oxford Academic, señala el factor de socialización como otra razón a considerar de los beneficios del vino para la salud. En esta ocasión la investigación no se centra en los beneficios de la bebida en sí misma, sino en el modo en que se consume. Y es que el aumento de las actividades sociales, en las que el vino es un nexo de unión, es lo que produce los resultados positivos en la salud debido a la liberación de endorfinas.
En este estudio los autores analizaron datos de más de 1.800 estadounidenses, mayores de 65 años, y llevaron a cabo un estudio observacional de la relación entre el consumo moderado, los síntomas depresivos y la habilidad funcional, considerando la influencia del nivel de sociabilización en los resultados, así como de su capacidad predictiva.
Desde el comité científico de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) valoran positivamente este nuevo estudio y recuerda que “de cara a los consumidores es importante remarcar la importancia que tiene mantener un estilo de vida saludable. Estar activo, alimentarse correctamente, descansar suficiente, así como disfrutar de la sociabilización con los demás. Estos son elementos fundamentales incluidos en el concepto de Dieta Mediterránea, es decir, del estilo de vida mediterráneo, que se caracteriza por un consumo moderado de vino durante las comidas, que habitualmente se realizan en familia o en compañía.”
Por otro lado, el efecto cardioprotector del consumo moderado de vino se debe a que con su ingesta se produce un aumento del colesterol HDL bueno, es decir, participa activamente en la depuración del exceso de colesterol en el organismo, ya que las lipoproteínas de alta densidad participan activamente en su depuración[6]. Otro beneficio que aporta el vino sobre la salud es que contribuye a mantener viva la memoria. Ingerir elementos ricos en polifenoles mejora la función cognitiva y previenen enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer. [7]-[8]
No cabe duda, que el vino hay que disfrutarlo con moderación y como todo lo bueno en esta vida necesita calma, merece su tiempo y que lo paladeemos sin prisa en compañía de la pareja, amigos o familia. Y el verano es una época perfecta para hacerlo: buscar un rincón tranquilo, degustar una copa de vino y ahondar en sus matices e historia, porque tras cada copa de vino hay una historia.
1 Drink types unmask the health risks associated with alcohol intake - Prospective evidence from the general population.
Clin Nutr. 2020 Feb 15. pii: S0261-5614(20)30057-1. doi: 10.1016/j.clnu.2020.02.009.
2 The Fluid Aspect of the Mediterranean Diet in the Prevention and Management of Cardiovascular Disease and Diabetes: The Role of Polyphenol Content in Moderate Consumption of Wine and Olive Oil. Nutrients. 2019 Nov 19;11(11). pii: E2833. doi: 10.3390/nu11112833. Review.
3 Red Wine Consumption and Cardiovascular Health. Molecules. 2019 Oct 8;24(19). pii: E3626. doi: 10.3390/molecules24193626.
4 Relationship of Wine Consumption with Alzheimer's Disease.
Nutrients. 2020 Jan 13;12(1). pii: E206. doi: 10.3390/nu12010206.
5 The Benefit of Moderate Alcohol Use on Mood and Functional Ability in Later Life: Due to Beers or Frequent Cheers? Rosanna G Scott, MS, Chelsea H Wiener, MS, Daniel Paulson, PhD The Gerontologist https://doi.org/10.1093/geront/gny1296
6 Resveratrol supplementation improves metabolic control in rats with induced hyperlipidemia and type 2 diabetes.
Int J Mol Sci. 2020 Jan 16;21(2). pii: E589. doi: 10.3390/ijms21020589.
7 Long-term dietary flavonoid intake and risk of Alzheimer disease and related dementias in the Framingham Offspring Cohort. The American Journal of Clinical Nutrition, nqaa079, https://doi.org/10.1093/ajcn/nqaa079
8 Dietary flavonols and risk of Alzheimer dementia.
Neurology. 2020 Jan 29. pii: 10.1212/WNL.0000000000008981. doi: 10.1212/WNL.0000000000008981.