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La consolidación de la industria del vino y la gran amenaza de la recesión de la "W"

En mi otra vida como profesor de economía estudié las crisis financieras y sus implicaciones (uno de mis libros académicos, que hoy en día parece inquietantemente relevante, se llamaba Montañas de Deuda). Una cosa que aprendí sobre el sector financiero es que las crisis generalmente van seguidas de períodos de consolidación.

 

Por Mike Veseth *

 

Los bancos y las empresas de inversión más pequeños y frágiles fracasan o caen en manos de empresas más grandes (a veces los grandes también fracasan, como nos recuerda el colapso del Washington Mutual de hace unos años). Eventualmente los nuevos bancos comunitarios parecen llenar los vacíos que dejan los grandes bancos.

 

Bancos y Vino: No Bromeo

¿Cómo se relacionan los ciclos bancarios con la industria del vino en la actual crisis del coronavirus? Bueno, hay un chiste que dice que la única persona más loca que el dueño de una bodega es su banquero. Pero nadie se ríe de bromas como esa en estos días.

Hay una conexión seria.  Un reciente informe del Wine Business Monthly sugiere que la industria vinícola americana se parece mucho a la industria financiera americana y que una sacudida por la recesión del coronavirus es probable que acabe llevando a una ola de consolidación.

Sólo 56 de las más de 10.000 bodegas de EE.UU. son realmente grandes, produciendo más de 500.000 cajas por año. Estos son los JP Morgan Chase y Goldman Sachs de la escena vinícola americana. Otras 246 bodegas son muy grandes, produciendo entre 50.000 y 500.000 cajas anuales. En conjunto, este pequeño número de productores de vino representa la mayor parte del vino producido y consumido.

 

La base de la pirámide

En el otro extremo de la escala están 2.773 bodegas que hacen entre 1.000 y 5000 cajas al año y unas 6.420 bodegas que producen menos de mil cajas. Estos son los bancos comunitarios del mundo del vino y son los más dependientes de la venta directa, que incluye especialmente la venta en salas de cata. Por lo tanto, son las más vulnerables hoy en día.  Aproximadamente la mitad de los 5.940 millones de dólares de pérdidas estimadas en la industria del vino debidas a la crisis provienen de la disminución de estas ventas directas de las bodegas.

Y son también los más propensos a experimentar severas dificultades económicas que podrían obligar a la venta del negocio o al cierre. Incluso antes de la crisis, un número sorprendentemente elevado de bodegas se encontraban tranquilamente en el mercado con el precio justo. La recesión intensificará esta tendencia.

El informe de la WBM señala que

El 97% de todas las bodegas de los Estados Unidos producen menos de 50.000 cajas y se estima que experimentan pérdidas de ingresos anuales de entre el 36% y el 66%, siendo las bodegas más pequeñas las más afectadas. Las pérdidas previstas aumentan a medida que el tamaño de las bodegas disminuye, ya que se espera que las bodegas que producen entre 1.000 y 5.000 cajas experimenten una pérdida de ingresos del 47,5% y que las bodegas que producen menos de 1.000 cajas o menos pierdan el 66% de los ingresos.

Así como algunos bancos comunitarios logran salir de una crisis financiera con una posición competitiva más fuerte, algunas bodegas más pequeñas también saldrán en una relativa mejor forma. Es inspirador ver el esfuerzo que se está haciendo en las relaciones con los clientes y el marketing para compensar la falta de contacto en persona. Estoy seguro de que ahora se han aprendido lecciones que serán valiosas en el momento en que las salas de cata vuelvan a abrirse.

 

3-Tier versus dos Velocidades

Algunos estados han flexibilizado sus normas de envío directo al consumidor, lo que beneficia a todas las bodegas, pero será especialmente importante para las pequeñas. Wine Curmudgeon especula que esto podría ser el comienzo de importantes cambios en el sistema de distribución de tres niveles que propiciaría la apertura del mercado del vino. Esto redundaría en un gran beneficio para la base de la pirámide del vino.

Pero al mismo tiempo, parece probable que la consolidación del sector vinícola vaya acompañada de tendencias similares en la distribución y por las mismas razones básicas.  Aunque se pierde mucho en la generalización, hay una tendencia de los grandes distribuidores a centrar su cadena de valor en los grandes minoristas y los grandes productores de vino.  Las escalas suelen coincidir. Este patrón magnifica un movimiento continuo hacia un mercado de vinos de dos velocidades con los de la gama media (tanto nacionales como de importación) atrapados en medio de ambos.

Aquí un enlace a la cobertura de Wine Economist sobre la recesión del coronavirus. Todos los factores más relevantes que afectan a la economía del vino siguen sin concretarse: ¿cómo de profunda será la recesión?, ¿cuánto tiempo durará?, ¿cuándo se reiniciará la actividad económica?, ¿cuándo volverán los consumidores (si es que lo hacen) a los patrones anteriores? Añadan a la lista la pregunta de ¿cuánto tiempo tardará la gente en beberse todos esos vinos y licores que metieron en sus carros de la compra en marzo? ¡Caramba, espero que no se lo hayan bebido todo de una vez!

 

La gran amenaza de la recesión en "W"

Hay tanta incertidumbre en la actualidad que la predicción es imposible, pero estas son algunas direcciones que parecen probables dada la forma en la que soplan los vientos actuales. Parece cada vez más probable, por ejemplo, que la "forma" de la recesión del coronavirus sea W (una W muy grande en este caso) y no V o U (véase el artículo anterior de Wine Economist sobre las formas de la recesión).

Muchos pronósticos suponen una recesión en forma de V, con una caída económica breve y aguda seguida de una recuperación rápida y decisiva.  Ese sería el mejor escenario posible y hay algunos indicios tempranos de que eso podría ser lo que está sucediendo en China.

Pero hay una amenaza significativa de que una segunda recesión golpee justo cuando la economía se está recuperando de la primera. La segunda caída podría llegar si otra ola de coronavirus ataca y es necesario volver a bloquear nuevamente grandes partes de la economía - esta es la preocupación que se está expresando sobre China en este momento. Muchos expertos parecen asumir una segunda ola de virus, pero no están seguros de su impacto.

Pero el coronavirus 2 no es la única amenaza. Los economistas están cada vez más preocupados por la posibilidad de que a la primera recesión del virus le siga una crisis financiera, ya que todos los pagos atrasados y los préstamos incobrables vencen. Hay mucho riesgo crediticio en este momento, especialmente el riesgo de contrapartida, que es la posibilidad de que una empresa de confianza que le debe dinero pueda fallar, haciéndole caer, porque esa gente que le debe dinero no puede pagar.

En términos de vino, eso es lo que sucede cuando su distribuidor no puede pagar porque sus clientes del restaurante no pueden pagar. Un colapso del crédito probablemente aceleraría la consolidación tanto en el sector de las bodegas como en el de la distribución.

Muchos gobiernos estatales y locales han desempeñado un papel constructivo en la crisis actual, pero podrían terminar contribuyendo involuntariamente al escenario de la recesión en W. Muchos gobiernos estatales y locales están constitucionalmente limitados a la hora de manejar déficits presupuestarios o préstamos, excepto para proyectos de capital como carreteras, puentes y edificios escolares.  La primera ola de recesión hará que sus ingresos disminuyan, obligándolos a recortar el gasto y el empleo. Eso haría que la segunda ola de recesión fuera aún peor.

Nada de esto está grabado en piedra. Se han desplegado unos estímulos económicos verdaderamente heroicos (“lanzamiento de dinero de helicópteros”, “explosiones de bazuca fiscal”) y se espera que todavía haya más por llegar. Esto sería más que suficiente para hacer frente a los problemas económicos en tiempos normales. Pero estos tiempos no son normales y la directora del FMI dijo la semana pasada que le preocupa que la recesión mundial sea aún peor de lo que se prevé actualmente. Abrochémonos el cinturón.

Artículo completo en https://wineeconomist.com/2020/04/21/consolidation/

 

 

* Mike Veseth es editor de The Wine Economist y autor de varios libros sobre economía del vino como Wine Wars (2011), Extreme Wine (2013) Money, Taste & Wine: It's Complicated (2015) o Around the World in Eighty Wines (2017). Veseth es también profesor emérito de Economía Política Internacional en la Universidad de Puget Sound (Washington)